¿Quién no ha guardado estos últimos años una lata de Coca-Cola con su nombre? ¿Y quién no ha cogido alguna vez la caja de galletas de la abuela y se la ha encontrado llena de hilos para coser? Porque sí, amigos, el packaging, ya sea por su practicidad, porque nos parece bonito o porque nos hace sentir especiales, es un elemento muy importante en la estrategia de venta de un producto y no se debe dejar de lado en ningún momento a la hora de construir y fomentar la diferenciación de una marca.

 

 

El envoltorio de un producto es el primer contacto entre este y el cliente. Hoy en día cuando pasamos por los pasillos de un supermercado estamos constantemente bombardeados por cantidades ingentes de información: formas rectangulares, redondas, piramidales; colores y más colores; fotografías, etc. Sin embargo, que esta información sea diferente y destaque sobre el resto es lo que hará que finalmente el producto se compre.

Algunas compañías apuestan por jugar con la forma o la silueta en la que se presenta el producto, pero si lo que se quiere es utilizar una ilustración ¿qué opciones tenemos?

Por suerte, la ilustración es un mundo lleno de infinitas posibilidades donde elegir. Lo importante es informarse y valorar qué tipo de estilo es el que mejor refleja los valores de nuestra marca y no tener miedo de arriesgar -aunque sea un poco- para conseguir ser el elegido.

Hoy traemos algunas de esas posibilidades:

    • Ilustración sobre papel/cartón: utilizar dibujos sobre papeles marrones tipo cartón, papeles reciclados, etc. puede dar un toque craft al envoltorio de un producto, consiguiendo reflejar valores cercanos y cálidos relacionados, incluso, con el mundo de la artesanía.

 

 

    • Ilustración combinada con técnicas de color tradicionales: muchas veces se tiene “miedo” a utilizar este tipo de técnicas por lo impredecibles que son (acuarelas, papel pintado, estampados…). Sin embargo, es importante destacar que, si sabemos utilizar esta arbitrariedad a nuestro favor, puede aportar un toque mucho más artesanal y original al resultado final del packaging.

 

 

    • Ilustración que interactúa directamente con el producto: muchas veces lo que llama la atención es aquello que se presenta como un juego, algo que es atractivo a la vista, pero que también lo es para la mente. Puede que conseguir un packaging así sea un poco más complicado, pero el esfuerzo de ir un paso más allá e intentar aportar algo más ayudándonos de la ilustración, merecerá la pena.

 

 

  • Ilustración de línea negra sobre blanco: si lo que se quiere es aportar al packaging mayor elegancia, optar por los colores negro y blanco será la mejor opción. El gusto por el detalle de esta técnica puede recordar a productos más retro resaltando- gracias a su sobriedad- en un stand lleno de colores

 

Por último, ¿qué ocurre si se trata de una tienda online?

La mayoría de las veces, cuando se compra por internet se espera que el paquete sea diferente y más especial que la bolsa que dan cuando se compra en la propia tienda. Que el envoltorio esté más elaborado, que le hayan invertido tiempo e incluso que lo hayan personalizado consigue que el usuario se sienta especial. Esto hará que repita la compra o, por lo menos, que lo comparta en sus redes sociales. Además, el gusto por el detalle y el resultado final de un packaging ilustrado puede mejorar la imagen de una tienda online, creando un universo diferente alrededor de la marca e incentivando la compra.