La matriz de Facebook será llamada Meta. Ya no es noticia, es cierto, pero, aun así, sigue siendo ‘la noticia’ del último trimestre del año, al menos en lo que se refiere al ámbito digital.  Ocurría hace tan solo un mes, cuando un Zuckerberg, todavía salpicado por algunas polémicas, se ponía delante de la cámara para contarle al mundo que la ‘madre de la red de redes’, la plataforma social con la que hemos crecido buena parte de los treintañeros del mundo dejaría de llamarse como hasta ahora y, en cambio, se rebautizaría como Meta. Así, hace poco más de quince días, se sentaban las bases de una nueva forma de entender no solo las redes sociales, sino una de las empresas más ricas e influyentes del mundo y que aúna marcas como la propia Facebook, Whatsapp e Instagram, además de otras iniciativas empresariales como Quest, Horizon o la archiconocida Messenger.  Lo que parece claro es que Meta constituye, en términos digitales, un paso hacia el metaverso: una nueva era en la que primará la realidad virtual ‘mejorada’, los NFT o Non Fungible Token, lo tridimensional, el auge de bots, avatares, criptomonedas, nuevos algoritmos, redes neuronales artificiales y otros términos con los que hay que ir familiarizándose sí o sí.

El Metaverso llega en plena crisis reputacional de Facebook

Lo cierto es que esta reorientación hacia el metaverso, que algunos han catalogado de radical o pretenciosa, supone lo que el mismo Mark Zuckerberg llama ‘’siguiente fase de Internet’’ y también ‘’la nueva era de la comunicación digital’’. Sin embargo, poco se sabe, a ciencia cierta, sobre las bondades con las que el nuevo Facebook nos obsequiará, especialmente cuando el gigante de Internet ha pasado por la peor crisis de su joven historia, los llamados ‘’Papeles de Facebook’’, escándalo que puso de manifiesto que la empresa no solo no cumplía los requerimientos éticos estipulados, sino que una propia trabajadora de la compañía, la joven Frances Haugen, denunció ante los medios de comunicación.

La acusación era clara: Facebook difundía, de forma deliberada, contenidos incitando el odio o la desinformación (bulos). La investigación quedó concretada y desglosada en el diario The Wall Street Journal donde hoy se puede consultar cómo avanza el estudio, algo con lo que la empresa de Mark Zuckerberg se muestra indiferente.

 

Ajeno a esta polémica, sí se van filtrando desde la empresa algunos de los motivos que se esconden detrás de este nuevo capricho desde Palo Alto. Empecemos por lo más sencillo, la etimología de la palabra metaverso: meta, afijo griego que significa ‘’más lejos’’ o ‘’más allá’’, podría hacer alusión directa al metaverso del que se viene hablando en el panorama de las telecomunicaciones desde hace algunos años. Un metaverso que encuentra su origen en películas de culto como The Matrix o Free Gay pero también Los Surrogates (Los sustitutos en español) película de ciencia ficción estrenada en 2009 que narra cómo en el año 2017 la tecnología permitiría que las personas vivieran sus vidas por control remoto desde la seguridad y el confort de sus casas gracias a robots clones o ‘sustitutos’. A pesar de estas referencias más recientes, el concepto “metaverso” nace con la novela de ciencia ficción Snow Crash, de Neal Stephenson, y publicada en 1992. En ella, ya se muestra la doble personalidad del protagonista, un humilde repartidor en la vida “real” pero una persona completamente diferente en la meta realidad.  También hay quien ha encontrado similitudes entre el speech del dueño de Facebook, en la presentación de su nuevo nombre, y la teoría del mito de la caverna de Platón. Juzguen ustedes mismos.

Metaverso: la importancia del Blockchain y los NFT (Non Fungible Token)

Hay una realidad que los expertos asumen como universal, y es que la integración de los tokens no fungibles en el metaverso ha provocado este giro a una interacción cada vez más real con el mundo virtual. Y no estamos hablando únicamente de videojuegos en los que los adolescentes (y no tan adolescentes) se emplean a fondo con avatares y atrezzo de última generación para vivir ‘’una segunda vida diseñada por ellos mismos’’. Estamos hablando de que, hoy en día, marcas como Coca-Cola han lanzado su propia gama de ropa virtual para NFT, utilizando la golosísima oportunidad de las fiestas y encuentros virtuales que se suceden en todo el mundo en este metaverso donde la publicidad ha hallado un nicho con infinito potencial económico.

Como vemos, este metaverso no es exclusivo de Coca-Cola, Meta, ni siquiera de lo que haya en la cabeza de Marck Zuckerberg a la hora de sacar rédito a la nueva forma de negocio y realidad que nos espera. Hoy, las empresas y marcas que no están a la vanguardia en tecnología web 3.0 y el potencial de la realidad aumentada o de la inteligencia artificial en general, directamente, no existen. Pero sí existe otra relación interesante, la que se produce entre el metaverso y las criptomonedas, en el contexto que se llama web 3.0, y esta interesa a empresarios de todo el mundo, sean más o menos afines a los videojuegos o a las novelas de ciencia ficción.

Parece que todo cambio en la digitalización tiene un impacto directo en el precio de bitcoins y tiene todo el sentido, ya que los millones de euros que se mueven en la economía digital tienen efecto en la subida del Fintech y en que las criptomonedas se ‘reproduzcan’ en los bolsillos de quienes antes eran escépticos con ellas. También están las empresas que confiesan haber llegado tarde a esta nueva fase monetaria, pero con la llegada del metaverso parece que todos estaremos a tiempo de subirnos al barco de la cripto-economía. En lo referente a Meta, el proyecto de Zuckerberg, sí hay más avances concretados, y es que según fuentes del CEO de la empresa Binance, Changpeng Zhao, los planes de Zuckerberg sobre el uso de criptomonedas son casi un hecho. Además, ha filtrado cómo, recientemente, se ha lanzado un proyecto piloto de su wallet digital Novi en Estados Unidos. Según Zhao si apenas el 1% de los usuarios de Meta se implican en el negocio de las criptomonedas, hablaríamos de más de 25 millones de nuevos usuarios en la matriz de Sillicon Valley.

¿Qué nos ofrecerá Meta, con respecto al metaverso, a los usuarios de a pie?

Pero, volvamos a Meta y a los deseos de su creador, más allá de su filia por la ciencia ficción, o de las ganancias que el binomio Meta- bitcoins podría generar.  La pregunta parece obvia, ¿qué nos va a ofrecer Meta en esta nueva fase como usuarios habituales? Para empezar, hace unos días se anunciaba que se crearía una ‘especie’ de división científica para desarrollar un clon de ‘piel’ sensible, muy parecida a la humana, para poder utilizarla en robots. Según los expertos, la inteligencia artificial precisa de más de 100 toques de un humano para poder recabar datos e información suficiente sobre cómo entender y reproducir el sentido del tacto. El proceso, consistente en un sistema de monitorización para comprender los ‘cambios eléctricos’ se comenta que podría ser mucho más económico que los ya obsoletos robots clones de las últimas décadas. Y es que, para Meta ese es otro gran reto del futuro cercano: la sostenibilidad.

Aunque cueste creerlo, tratándose de un gigante económico, estandarte del capitalismo actual, la compañía ya ha advertido en varias ocasiones que velará por una red social más humana y, ojo a esto, más sostenible. Muchos han puesto en duda que al gigante de Internet le importe realmente contribuir a una sociedad mejor, pero quizá esta apuesta por ‘pieles’ más económicas sea un tímido paso en esa dirección. Esta nueva interactuación, sin contacto ni desplazamiento, y protagonizada por clones de humanos, es decir, de nosotros mismos, en un metaverso será, según Zuckerberg, la nueva realidad a la que virtual se le queda pequeño como adjetivo, dado que ‘’interactuaremos como si estuviéramos en el salón de casa’’. En cualquier caso, lo que parece evidente es que Facebook guarda varios ases en la manga sobre los platos fuertes de esta nueva fase.

Reuters, sobre Meta

Además de la interactuación en una fase virtual ‘mejorada’, esta nueva versión tratará de llegar a nuestras emociones y reacciones más intrínsecas, inconscientes e involuntarias, y por ello, probablemente, sea esta la cualidad del nuevo Meta que más pueda inquietar a nivel social, a nivel usuario. ¿Nos volveremos seres más controladores de nuestros actos o, por el contrario, personas más vulnerables? En este sentido, Meta ya cuenta con un fabricante de cascos de realidad virtual llamado Oculus, firma que ya ha vendido versiones beta de dos proyectos que se podrían definir como ‘metaversales’. Se trata de Horizon World y de Horizon Workrooms. Ambas permiten realizar reuniones de trabajo virtuales; de hecho, Meta promete invertir en las siguientes fases de ambas iniciativas miles de dólares para darles vida. Además, la entidad ha anunciado hace poco que contratará a más de 9.000 personas para implicarse en el proyecto solamente a nivel europeo.

Tímidos pasos para la nueva era digital en la que Facebook, cuya popularidad se ha mermado notablemente en favor de otras redes como Instagram o Tik Tok, no quiere ser uno más, sino volver a ser el mejor.  «Para mí, simboliza que siempre hay más que construir y siempre hay más (que añadir) a la historia» decía Zuckerberg hace poco.

Grandes expectativas, mucha rumorología y algo de escepticismo, es lo que parece reinar en torno al nuevo universo Meta. Tendremos que esperar, dicen los expertos, unos meses más para ver en qué se concreta la nueva fase de la matriz de Facebook, y comprobar si el pronóstico idealista de su creador se cumple realmente.